Apunte VII. Spiderman: Homecoming. El Hombre Araña vuelve a casa

Spiderman de Andrew Garfield                 Spiderman, personaje de tebeo

Poster de Spiderman HomecomingEl estreno de Capitán América: Civil War (2016) confirmó los rumores publicitarios: Spiderman iba a aparecer en ella, lo cual suponía el regreso a su casa, a Marvel Studios. Recuérdese que los derechos tanto del trepamuros como de los X-Men, los personajes que iniciaron el reinado marvelita, habían sido vendidos en su día a Sony y Fox respectivamente, de ahí que hasta ahora permanecieran fuera del cohesionado Universo Marvel Cinemático que, organizado en torno a Los Vengadores, manda ahora mismo en las pantallas del mainstream. Consecuencia del acuerdo con Sony, la participación del bueno de Spidey en el tercer Capitán América respondía a un mercantilismo bastante reprochable: una intervención «especial» cuyo evidente objeto era promocionar el inmediato lanzamiento en solitario (tercer Spiderman que nos proponen en quince años, por cierto). Pues bien, dentro de lo que cabe, nos encontramos con varias sorpresas. El personaje aparecía rejuvenecido, en manos de un actor, Tom Holland, que sí parece un chico con mentalidad de high-school, es decir, sin las «oscuridades» del trepamuros del previo díptico The Amazing Spiderman. Es más, el mismo Tony Stark, Iron Man, es quien lo reclutaba para reforzar su grupo de héroes que se enfrentaba al del Capitán en dicho film, y le proporcionaba su famoso traje (!). Nueva sorpresa: la normalmente anciana tía May era encarnada por la encantadora Marisa Tomei, una actriz deliciosa y con radiante aspecto juvenil (aun habiendo superado ya los 50). Y durante el combate que implica a Spidey en la película, sus intervenciones rezuman buen humor y dinamismo, dos características del personaje frecuentemente olvidadas en el cine. Traducción: el objetivo se lograba con creces; daban ganas de ver más del personaje.

Menos de un año después llega Spiderman: Homecoming, para mi gusto el mejor de los seis títulos que, en tres etapas distintas, han paseado por las pantallas en este siglo todavía joven. El film salda con éxito sus dos objetivos: proponer una mirada razonablemente personal sobre el trepamuros que justifique el reboot y dejar bien clara su pertenencia a este Universo Marvel del cine cuyos personajes interactúan constantemente, a imagen y semejanza de los tebeos. ¿Qué aporta la nueva película al personaje? En primer lugar, y no es poco, nos ahorra contarnos de nuevo el cansino origen de sus poderes y, de paso, suprime cualquier referencia al tío Ben. Pero sobre todo, el film destaca porque deja de lado los elementos de tragedia que, sin duda, proceden de los tebeos pero que las películas subrayaban de modo demasiado enfático, prefiriendo narrar la cotidianeidad de un adolescente que sí, tiene enormes poderes, pero ante todo es un muchacho de dieciséis años que actúa en todo momento como tal, viéndose por ello superado en más de un momento por su doble vida. Por último, donde supera de lejos a todas sus predecesoras es en el diseño de un villano que destaca por su credibilidad. Magníficamente interpretado por Michael Keaton, el Buitre (nombre que le da Spiderman, y que a él ni se le ocurre reivindicar) resulta un villano de motivaciones muy humanas, un tipo sin poderes que lo que hace es aprovecharse de la tecnología que manejan los Stark y compañía, y que, desde luego, no juega a genio del mal (bien al contrario, intenta pasar del todo desapercibido, pues sabe que tiene poco que hacer frente a supertipos de verdad como Los Vengadores) ni emprende cruzadas absurdas contra el Hombre Araña.

Tony Stark sigue actuando como una especie de tutor (a distancia) del muchacho, quien por otro lado no sueña sino con ser admitido definitivamente en la alineación titular de Los Vengadores. Por eso, de día actúa como estudiante y el resto del tiempo como justiciero que intenta hacer méritos (si bien sus heroicidades son de lo más cotidiano: detener a algún raterillo o ayudar a alguna anciana despistada a encontrar la dirección correcta). El recuerdo de aquella batalla con los pesos pesados (no para de presumir de que incluso le quitó por un momento su escudo al Capitán América) le hace creer que el trabajo del superhéroe es todo gloria y oropel. La aventura que va a vivir lo que le enseñará es la verdadera dureza de esta profesión y el sentido de la responsabilidad que exige su condición, y en este sentido resulta fundamental la presencia de Tony Stark, quien le quita el traje —un traje que, otra novedad, está lleno de toda clase de artilugios tecnológicos (no en vano es de quien es), lo cual podía haber sido una estupidez gratuita pero está muy bien trabajado— después de que Spiderman esté a punto de provocar una catástrofe por entablar una batalla a bordo de un transbordador lleno de gente y sin advertir las consecuencias. Sin ese traje lleno de gadgets (es más, vistiendo un uniforme bastante desastroso, como es lógico pensar que se procuraría alguien que no tiene ni idea de diseño de vestuario), el muchacho, en el combate definitivo contra el villano, deberá demostrar que el traje no hace al héroe sino su espíritu y el conocimiento de sus virtudes y sus límites. Así, y en un rasgo de ingenio y coherencia, Stark vendría a sustituir al antiguo tío Ben para hacerle comprender que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Para mi gusto, además, la película contiene la mejor aparición del otras veces cargante Stark-Downey jr, pues el contraste entre su instinto nato para la transgresión cáustica y la solemnidad (en lo que cabe, siendo él) de su inesperado rol de Pepito Grillo ofrece mucho juego. En conclusión, Spiderman: Homecoming deja con ganas de más.

FICHA DE LA PELÍCULA

Título: Spiderman: Homecoming / Spiderman: Homecoming. Año: 2017.

Dirección: Jon Watts. Guión: Jonathan Godstein & John Francis Daley, Jon Watts & Christopher Ford, Chris McKenna & Erik Sommers; historia de J. Goldstein y J. F. Daley. Fotografía: Salvatore Totino. Música: Michael Giacchino. Reparto: Tom Holland (Peter Parker), Robert Downey jr (Tony Stark), Michael Keaton (El Buitre), Marisa Tomei (Tía May), Jon Favreau (Happy Hogan). Dur.: 133 min.

Acerca de Jose Miguel García de Fórmica-Corsi

Soy profesor de historia en el IES Jacaranda (Churriana, Málaga).
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