Publico El hombre que escribía los cuentos más tristes

El hombre que escribia los cuentos mas tristesAnuncio con gran ilusión que en estos días se pone a la venta mi segundo libro, que lleva el título de El hombre que escribía los cuentos más tristes y otros ensayos literarios y que publica la misma y admirable editorial, la malagueña Algorfa. Se trata de una selección de artículos que han visto la luz en este blog llamado La mano del extranjero, cuyo contenido versa exclusivamente sobre libros y autores que han marcado mi vida. Todos ellos convenientemente revisados y corregidos y en algún caso reescritos. Dejo esta vez a un lado el cine y el cómic, y las relaciones de ambos con la literatura, a los que ya dediqué mi anterior libro Edad Media soñada, pero los principios que rigen su elaboración y selección son los mismos.

La selección es variada. Por supuesto, están aquellos autores que me acompañan desde mis primeros pasos como lector (Julio Verne, Robert Louis Stevenson, Arthur Conan Doyle, en este caso con su emblemático personaje Sherlock Holmes) pero tampoco aquellos a los que descubrí en el momento en que me creí ya un lector «adulto» y busqué escritores calificados como más complejos, del tenor de Kafka, Henry James, Dostoyevski o Elias Canetti. Por supuesto, y aunque tardé años en apreciarlo, el tiempo me ha enseñado a reconocer que hay muchas formas de complejidad y que tal vez la más inquietante sea aquella que se presenta bajo el disfraz de lo diáfano: es por ello que Peter Pan o Alicia en el país de las maravillas siempre figurarán entre las lecturas que no dejo de frecuentar. Y no hablemos del hombre al que se refiere el título de este libro, el danés Hans Christian Andersen, ese niño grande que creía escribir para niños pero que no pudo dejar de ser un adulto que enmascaró sus miedos adultos bajo la máscara de lo infantil.

Retrato de Andersen de 1838 por H. A. JensenNo faltan debilidades personales como la ciencia ficción (Stanislaw Lem o Isaac Asimov), la aventura (Robert E. Howard y su Conan, Joseph Conrad y esa refutación de la aventura que es El corazón de las tinieblas) o el terror (del inagotable Frankenstein de Mary Shelley a las pesadillas cósmicas de Lovecraft, pasando por uno de los maestros de este, Arthur Machen). Incluyo a pensadores que no escribieron una sola obra de ficción pero cuyas vidas tienen mucho de literarias, como John Stuart Mill o Schopenhauer. Están esas dos lúcidas denuncias del totalitarismo, a cual más diferente, que son 1984, de Orwell, y El maestro y Margarita, de Bulgákov. En fin, tampoco descuido la literatura española, de la que he seleccionado los dos libros de nuestro siglo veinte que más me han deslumbrado, Volverás a Región, de Juan Benet, y La saga/fuga de J. B., de Gonzalo Torrente Ballester, por no hablar de los Episodios Nacionales de Galdós o de algunos de los últimos escritores que han trascendido más allá de nuestras fronteras, de Javier Marías a Enrique Vila-Matas.

Incluyo debilidades especiales a las que no renuncio, de Agatha Christie a Emilio Salgari y su formidable Sandokán, por no hablar de ese eterno niño de doce años al que descubrí con doce años, Guillermo Brown: él no ha crecido pero yo sí, o eso creo. Y por supuesto, comparecen varios escritores más de una vez: ¿cómo no dedicar espacio primero a Bartleby el escribiente y luego a Moby Dick, de Herman Melville? ¿O a Julio Verne, el escritor al que debo mi temprana rendición a la lectura? ¿O a Borges, admirable no solo por sus ficciones sino por ser el autor que a más autores me ha dirigido, gracias a su generosa vindicación de la literatura más diversa?

Por supuesto, en todas esas miradas que he realizado sobre la literatura he intentado compaginar el análisis con la evocación, la descripción con la valoración. Mi objetivo, siempre, es tanto compartir impresiones con quienes ya conocen las obras señaladas como animar a su descubrimiento en el caso de quienes todavía no se hayan asomado a ellas. No me parece poco esfuerzo el intento: un autor nunca estará completo sin lectores. Yo también, en mi modesta medida, los quiero encontrar. Espero que el libro os guste.

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Acerca de Jose Miguel García de Fórmica-Corsi

Soy profesor de historia en el IES Jacaranda (Churriana, Málaga).
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6 respuestas a Publico El hombre que escribía los cuentos más tristes

  1. federicomare dijo:

    ¡Felicitaciones, José Miguel!

  2. David Pérez Ugalde dijo:

    ¡Qué alegría, José Miguel! ¡Enhorabuena! Te deseo lo mejor. Habrá que hacerse con este libro para tener en papel tus espléndidos artículos. Comparto la fascinación por Andersen, tan injustamente relegado (como otros muchos) a esa categoría de autor para niños. ¡Un abrazo!

  3. ¡Enhorabuena José Miguel! Te deseo muchísima suerte con tu nuevo libro. Un abrazo.

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