En Café Montaigne: La conspiración contra la especie humana

En Café Montaigne: La conspiración contra la especie humana

Edición de Valdemar de La conspiración contra la especie humanaHe publicado esta semana en la revista digital Café Montaigne un artículo sobre el ensayo La conspiración contra la especie humana, de Thomas Ligotti. El nombre del autor (nacido en Detroit, en 1953) respetado por los amantes del terror como uno de los más relevantes escritores coetáneos del género. Su obra se caracteriza por la prevalencia de la atmósfera como elemento sustentador del horror, lejos de esa predilección por los detalles visuales de los autores más conocidos (es decir, y como señala Leandro Pinto en este interesante artículo de su blog El Disparaletras, sus horrores son, ante todo, literarios, y no parece cine escrito como los practicados por otros compañeros de generación, más conocidos, eso sí). Anunciado siempre en las solapas de sus libros —Valdemar está efectuando un encomiable rescate de su obra, con la publicación, hasta ahora de cuatro volúmenes de sus relatos— como un heredero directo de H. P. Lovecraft (y de Edgar Allan Poe), su ficción está impregnada de un terrible pesimismo, que convierte al hombre en la víctima de una existencia que no ha pedido y que se empeña en zarandearlo de modo horrible, mediante ominosas (y muchas veces inconcretas) amenazas, sueños malsanos o transformaciones espantosas. La conspiración contra la especie humana no es un libro de ficción, aunque a ratos lo parezca, sino un ensayo sobre el nihilismo, a lo largo del cual este depresivo crónico (es otro dato que nunca falta en las exiguas informaciones sobre Ligotti) da rienda suelta a todo un catálogo de razones para el pesimismo que pretende ser una monumental refutación de la consoladora idea de que «estar vivo está bien». A la vez, es una reflexión sobre el horror sobrenatural, que sirve también como libro de instrucciones de su propia obra, y que realiza magníficos análisis de obras de Ann Radcliffe (Los misterios de Udolfo), Roland Topor (El quimérico inquilino) o los mismos Poe y Lovecraft, y en concreto de dos relatos tan emblemáticos como La caída de la casa Usher y La llamada de Cthulhu.

Recuerdo a los interesados que no es la primera vez que abordo en el blog la obra de este escritor, por lo que remito al siguiente artículo, donde también hago un repaso de algunos de sus mejores relatos:

https://lamanodelextranjero.com/2015/06/24/thomas-ligotti-o-la-pesadilla-de-existir

Acerca de Jose Miguel García de Fórmica-Corsi

Soy profesor de historia en el IES Jacaranda (Churriana, Málaga).
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7 respuestas a En Café Montaigne: La conspiración contra la especie humana

  1. Renaissance dijo:

    No es un mal momento para recuperar el ensayo de Ligotti. No es un ensayo esperanzador, ni ofrece descanso. Solo un minucioso análisis de su filosofía pesimista y de varias de sus referencias literarias. Con Canciones de un soñador muerto ya publicado sería una jugada magistral que terminaran con Mi trabajo aún no está hecho.
    Por algún motivo creo que al señor Ligotti le encantaría ese término de La Nueva Normalidad.

    • En «Canciones…», que estoy aprovechando para leerme, pues lo tenía en el estante desde que lo compré (no siempre uno tiene cuerpo para Ligotti) hay, precisamente, un esbozo muy breve de la «Conspiración», en sus «Breves lecciones del profesor Nadie sobre el horror sobrenatural». Supongo que con «Mi trabajo aún no está hecho» te refieres a algún libro del autor que quede por publicar. Espero que Valdemar esté puesto a ello, pues en poco tiempo nos ha dado cuatro libros de relatos y el ensayo.

      • Renaissance dijo:

        Si, se trata de una antología formada por una novela corta y dos o tres relatos, titulada My work is not yet done. Tales of corporate horror. Fue prácticamente su última pieza hasta la fecha, al menos de longitud media, porque lo más reciente han sido los dos relatos de The Spectral Link.

  2. JAVIER A dijo:

    Tuve conocimiento de Thomas Ligotti a través de la inquietante serie “True detective”. Me refiero a su primera temporada, creada por Pizzolatto y dirigida por Fukunaga. Tratando de encontrar referencias literarias y filosóficas, de las que la serie está plagada, descubrí el libro “True detective. Antología de lecturas no obligatorias”, escrito al alimón por Iván de los Ríos y Rubén Hernández (editorial “errata naturae”). En uno de sus capítulos se destaca la influencia de Ligotti en la construcción del detective Rust Cohle, un pesimista antropológico con el alma destruida por un trágico error del pasado.
    En el libro, los autores citan al filósofo noruego Peter W. Zappfel, y escriben que “a él se debe buena parte del monólogo de Rust en el primer capítulo:
    La conciencia humana es un error trágico en la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos … Somos cosas que operan bajo la ilusión de tener un yo, pero todo el mundo es nadie. Lo más honesto sería negar la programación genética, cesar de reproducirnos, extinguirnos, caminar de la mano hacia la extinción como el que sale de un mal negocio”
    Otro de los monólogos del detective, parece ser que entresacado de una entrevista realizada a Ligotti, es este:
    “Seguramente sería incapaz de escribir un texto que diera cuenta de forma verdaderamente profunda de mi aversión hacia todo lo que existe. Asumiendo que algo deba existir, mi mundo perfecto sería aquel en el que cada cual pudiera experimentar la aniquilación de su propio yo, Es decir, que nuestra conciencia, en tanto que individuos aislados, desapareciera por completo. Continuaríamos existiendo como seres con determinadas necesidades básicas -comida, ropa, refugio-, pero la vida no sería más que eso, No necesitaría ser más que eso.
    El libro analiza como la serie se encuentra influida por autores como Robert Williman Chambers, Lovecraft, Nietzsche, Ambrose Bierce, Hammett, Schopenhauer, Laird Barron y Roberto Bolaño.
    José Miguel has invocado a los espíritus …

    • Pues es lo más curioso, Javier A. Esa primera temporada de «True Detective» es de lo poco que yo (tan remiso a dejarme enganchar por series, más que nada porque a algo tengo que renunciar) he visto del actual boom televisivo, y me apasionó (de hecho, escribí incluso un artículo en el blog: lo puedes encontrar, si no lo conoces, en la etiqueta «televisión»). De entre las múltiples referencias a la literatura gótica americana, esta de Ligotti se me pasó, aunque en mi descarga declaro que, cuando vi esta serie, todavía no había leído nada del escritor. Y ciertamente, tu revelación ha conseguido que me entren acuciantes deseos de revisar la temporada. De paso, haría lo mismo con la segunda (la vi, claro, y me desconcertó: es de estas veces en que uno intuye que en la revisión va a ganar) y, ya puestos, la tercera, que hasta ahora no he visto.

      Un abrazo y gracias también por la información sobre el libro.

      • JAVIER A dijo:

        Cada temporada aborda un caso distinto y los personajes son diferentes. La segunda un horror y si no has visto la tercera no pierdas el tiempo.
        La primera la he visto cuatro veces. A mi también me apasiona.
        Voy a leer tu artículo sobre la serie.
        Un abrazo

  3. La segunda temporada, como te he dicho, me gustó menos. Es más, al principio incluso me decepcionó mucho hasta que acabé asumiendo que no era su propósito repetir planteamiento, atmósfera, etc. Por eso, remonté mi interés en los últimos capítulos y de ahí mi curiosidad por revisarla. De la tercera ya no tengo ninguna referencia.

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