Acabo de publicar en el blog literario Recuerda que has leído una reseña de El retrato de una dama (1881), una de las novelas más conocidas del gran Henry James, que en su momento constituyera uno de los mayores éxitos del autor y encarrilara su carrera literaria. Su tema —los críticos lo llaman el «tema internacional»— lo abordó muchas veces: el choque de costumbres y mentalidades con la vieja Europa por parte de un visitante estadounidense, el segundo símbolo de la inocencia, la primera de la corrupción moral. En este caso, una joven, Isabel Archer, llevada a Europa por una adusta tía cuya residencia está en Italia, se convierte en beneficiaria de una considerable herencia que la convierte en objeto de las atenciones de un sofisticado cazador de dotes. La trama, sin embargo, como sucede habitualmente con James, es lo de menos en beneficio del estupendo retrato de personajes y ambientes, y sobre todo de esa atmósfera de misteriosa ambigüedad en todos los órdenes (moral, sensual, psicológico) en la que uno se acaba literalmente perdiendo. Fue uno de los primeros títulos del autor que me leí, hace más de veinte años, y desde luego su primera novela larga, y me ha entusiasmado lo mismo, o más, que entonces, cuando asistía deslumbrado al descubrimiento de un escritor de insospechadamente infinitas maravillas. Además, está ahora de actualidad por la publicación, por parte del prestigioso escritor irlandés John Banville, de una continuación, La señora Osmond. En el mismo blog, y a cargo de otro de sus colaboradores, pronto aparecerá también una reseña de este título que complementará la que yo publico.