Dos años, doscientos artículos

200 artículos

Estoy de cumpleaños. En este verano mi blog cumple dos años de existencia: comenzó un 12 de julio de 2012 con un artículo que repasaba la carrera del director japonés Hayao Miyazaki y, aunque tardó más de un mes en arrancar con un segundo comentario, tacita a tacita he ido sumando uno a otro hasta que, en torno a este segundo aniversario, se acumulan justo doscientos artículos. Por supuesto, quiero agradecer a cuantos leen el blog, ya sea de modo más o menos regular, ya sea de modo esporádico y gracias a que los buscadores de Internet han tenido a bien proporcionar un enlace cuando se buscaba información sobre un tema que nos ha permitido confluir a los dos. Los índices de lectura del blog han sido progresivos y constantes, y aunque no tengo las referencias adecuadas, me dicen los amigos que esas 56.000 visitas que acumula, en dos años, son una cantidad por lo menos respetable. Confieso que no sé cómo se miden las visitas: me ha desconcertado descubrir alguna vez, en el apartado de estadísticas al que solo yo tengo acceso —recién comenzada la jornada y por tanto vuelto a cero el marcador—, que acumulaba ya siete visitas… por ningún visitante. Para más inri, y gracias a un indicador que permite distinguirlos, cada visita procedía de un país diferente (!!)

En fin, sea como sea, bienvenidas han sido cada una de esas incursiones en un territorio que, desde el primer momento, he pretendido que fuera acogedor, interesante y diverso. El subtítulo que porta esta mano del extranjero —título extraído, como ya he dicho alguna vez, de una gran película italiana de Mario Soldati, basada a su vez en un relato de Graham Greene que no he leído— es Blog sobre ficciones del cine, la literatura y el cómic, pero incluso he hecho excursiones a los terrenos de la Historia (la escribo con mayúsculas por costumbre, pero la contemplo con modestia) o incluso del arte (uno de los artículos de los que más satisfecho estoy se lo dediqué a la pintora surrealista española, exiliada en México, Remedios Varo).

Uno de los principios básicos que ha guiado mi blog es el de señalar la porosidad que hay entre todos esos campos, cuyo punto de unión suele ser el cine por su indiscutible carácter vampírico, o si se prefiere, aglutinador. El arduo camino que lleva desde el papel a la imagen en movimiento me fascina desde hace muchos años, y hace tiempo que creo que, para la justa valoración de una película que nos ha impresionado, una parte imprescindible es conocer la novela o relato en que se basó. Son muchas las sorpresas que, así, me he llevado: ideas que uno ha leído mil veces atribuida a un gran director, resulta que ya existían en la modesta y menos conocida novela que éste adaptó (y que, es evidente, él sí valoraba). Un buen ejemplo es El cuarto mandamiento, la magnífica película de Orson Welles, con respecto a la estupenda novela de Booth Tarkington que adaptó, The Magnificent Ambersons. Sabemos que Welles la valoraba mucho, pero cuando uno lee las críticas entusiastas del film, pareciera que el director de Ciudadano Kane iluminó cuanta reflexión surge de ella.

He intentado mantener una mínima fidelidad mediante la regular agregación de nuevos comentarios y más o menos he conseguido incluir un nuevo comentario cada cuatro días, lo cual da dos a la semana (una larga semana de ocho días, eso sí). He ensayado tanto la serie (cuando el tema daba para mucho o afectaba a ciclos formados por varias películas), como el artículo puntual. Y desde luego me he guiado por un principio fundamental: escribir el artículo que a mí me hubiera gustado leer en el caso de haberlo redactado otro. Lo cual quiere decir con cierta extensión —algunos amigos se quejan de ello— y procurando combinar la información con la valoración. Y con una absoluta libertad para saltar de un tema a otro sin previo aviso. El riesgo es que muchos lectores consideren que, en su intento de abarcar demasiado, el blog adolece de falta de unidad. La compensación quisiera creer que es su carácter acogedor para personas con intereses muy distintos, a los que puede que no interese el tema de hoy pero sí el próximo.

En el fondo, el blog expresa mi completa anarquía a la hora de decidir las lecturas o las películas: salto de un autor a su opuesto con desconcertante facilidad. Eso provoca, claro, que no domine con profundidad ningún tema. Pero sí que sea capaz de sentir curiosidad por casi todos, y creo que eso contribuye a tratar con ecuanimidad el balance artístico de los campos del arte que frecuento. Hace ya mucho tiempo que decidí que no hay géneros, temas o autores más dignos que otros: solamente obras buenas, regulares o malas. Y que el mismo autor que suele aburrir puede ofrecer una joya en su carrera… o que el genio al que tanto apreciamos también cuenta con algún borrón.

Esta entrada número doscientos va a tener un alto contenido narcisista. No voy a introducir ningún comentario nuevo, sino hacer un repaso por los antiguos. En primer lugar (porque la verdad es que me llama la atención) voy a exponer cuál es el top ten, en visitas, de ese articulado bicentenario. Y no se piense que los más leídos, por lógica, son los que llevan más tiempo en la red. Aunque es cierto que el artículo que encabeza el, llamémoslo, ranking fue mi entrada número 9, muchas otras, tan antiguas o más que ésta se hallan muy lejos no ya de ella sino de otras mucho más recientes.

Estas son las diez entradas más visitadas a día de hoy, 7 de agosto de 1014:

Alicia, de Tim BurtonAlicia en el País de las Maravillas y el cine (III). Por abrumadora mayoría, casi triplicando a la entrada anterior, este es el artículo más visitado en el blog a día de hoy. Que el personaje de Lewis Carroll interesa en la Red, es evidente, pues más abajo también va a aparecer la segunda entrega de las tres que escribí sobre las principales adaptaciones al cine de su inmortal creación. Supongo que también se debe a que aquí analizo la reciente y muy popular versión de Tim Burton (que para mí tiene muy poco que ver con la obra original). Pero también hablo de otras películas que, sin ser propiamente versiones de Alicia, son claras variantes del personaje, entre ellas Los mundos de Coraline.

Gattaca: no hay gen para el espíritu humano. Me encanta el interés por esta película, que tal vez sea la última película irrepetible de la ciencia-ficción en cine. Una antiutopía que presenta un futuro obsesionado por la perfección genética, a partir del cual se ofrece una fábula sobre la irrenunciable pretensión del hombre a oponer su esfuerzo personal a cualquier tipo de determinismo, aun cuando sea de laboratorio. Inolvidables el personaje protagonista (y la interpretación de Ethan Hawke) y la atmósfera de serena tristeza.

Alicia en el País de las Maravillas y el cine (II). En la segunda entrega de esta serie hablo de las dos mejores películas que han llevado el personaje al cine, y que no pueden ser más opuestas. La primera, la estupenda película clásica de la Disney. La segunda, una desconocida película checa del mago Jan Svankmajer, que combina animación y actores reales, y que reinterpreta la historia desde el punto de vista del surrealismo, dándole un toque malsano que es de ver para creer.

Los siete locos, de Roberto Arlt: un viaje al infierno de la degradación. Inesperada cuarta posición de visitas para este comentario sobre una novela que aquí en España se conoce, por desgracia, muy poco, pero que en Argentina es una obra de culto (y supongo que buena parte de esos visitantes son de allí). En cualquier caso, buena ocasión para recomendarla a todo amante de las lecturas nada fáciles: este retrato de un viaje a las profundidades más abyectas de la degradación realiza tan monumental defensa de la abisal atracción por el caos que, ciertamente, no dejará indiferente a nadie que la lea.

El mito literario de Fausto. Uno de los artículos de los que me siento más orgulloso, puesto que es un intento de sintetizar la progresiva elaboración literaria de uno de los grandes mitos de la humanidad a una extensión asequible para hacerse una buena idea de él, pero sin renunciar al comentario de las virtudes y valores de las obras principales que lo fueron forjando, desde el personaje real sobre el que se creó a Fausto al poema-mundo escrito por Goethe.

El Señor de los Anillos, versión JacksonEl Señor de los Anillos: de J.R.R. Tolkien a Peter Jackson (II). Hacía tiempo que deseaba repasar de un tirón la trilogía que Jackson hizo sobre una de mis novelas favoritas, y que no había vuelto a ver desde su estreno original, y por tanto a ritmo de una película por año. De las tres entregas de la serie, ésta es la más visitada, y lo curioso es que es aquella en la que expreso lo que menos gusta de ella. Es decir, los tópicos recursos estilísticos de Jackson y el comentario de La Comunidad del Anillo, que en mi opinión —y por mucho que en su día me asombrara: no estábamos acostumbrados todavía al virtuosismo de las recreaciones digitales— me parece la más floja de las tres películas.

Excalibur: una espada, una tierra, un rey. Sin duda, el mito literario que más me ha fascinado siempre es la leyenda artúrica, desde las primeras películas que vi en mi infancia al estudio, más o menos meticuloso, de su génesis (que comento en otro artículo, que aprovecho para recomendar) y la lectura de las fuentes medievales. Pues bien, la mejor recreación moderna de la leyenda artúrica es la soberbia película de John Boorman Excalibur, que acierta tanto en la síntesis de sus elementos argumentales como en la recreación visual y en la atmósfera.

El hobbit: Peter Jackson “repite” El Señor de los Anillos. Es evidente que la adaptación de Tolkien al cine interesa mucho, porque de nuevo aparece en este modesto top ten otro de sus ejemplares. Llevamos dos entregas y en pocos meses llegará la tercera, pero ya me parece que esta nueva saga tolkieniana se ha hecho solo para exprimir el filón de la primera: ni la obra original da para tanto (ni en extensión ni en interés) ni Jackson aporta nada a su atractiva trilogía de El Señor de los Anillos.

Inteligencia Artificial: el niño-robot que quería ser Pinocho. Otra de las grandes películas de ciencia-ficción del Hollywood moderno fue esta película cuyo sentido, creo, expresa el título del comentario. En su momento, para mí supuso una enorme sorpresa, pues hasta entonces tenía a Spielberg por un director de enorme blandura, que desperdiciaba sus grandes dotes para la narración. Pero Inteligencia Artificial contiene un tratamiento de la institución familiar que no me esperaba en él, a partir de la idea de ese niño-robot que, para recuperar el amor de su «madre» emprende una odisea en busca de su «humanidad». A día de hoy, posiblemente la obra maestra de Spielberg, que además, a partir de entonces, iniciaría la etapa más creativa de su cine, que incluso llega hasta nuestros días.

El doblaje: ¿arte o mímesis?. También me entusiasma encontrar en esta clasificación un artículo que tardé mucho tiempo en decidirme a escribir, porque no sabía cómo enfocarlo. Aunque el doblaje español actual es otra cosa, durante varias décadas fue no ya una profesión sino un arte, pues reunió un increíble conjunto de talentos que siguen convirtiendo en un placer escuchar cómo hacían hablar en español a los actores extranjeros. El artículo intenta recoger su razón de ser, su historia (desbrozando el falso mito de que fue una creación del franquismo) y su poética. En sus mejores momentos, el doblaje fue algo más que una mera traducción de un original a otra lengua (como creo que es hoy), sino una re-formulación de las películas. Por ello, hoy día podemos disfrutar, en los mejores casos, de dos películas que, partiendo de las mismas imágenes, nos ofrecen dos versiones complementarias pero distintas, y ambas admirables.

En segundo lugar, he realizado una pequeña selección de artículos, con sus correspondientes enlaces, por los que siento especial cariño. Todos ellos pertenecen además al primer año del blog, en el que el índice de lecturas todavía no igualaba el actual, de ahí que (lo confieso) sea un intento de llamar la atención sobre entradas que pienso que se lo merecen. El lector juzgará.

Vértigo, de la novela al cineVértigo en París, durante la II Guerra Mundial. Hablaba líneas arriba de las injusticias que se cometen al valorar ciertas obras, hoy olvidadas o desconocidas en beneficio de la gran película que las adaptó. Un ejemplo que a mí me sorprendió considerablemente es el de la novela de los franceses Boileau y Narcejac en que se basa Vértigo, la obra maestra de Hitchcock. Se considera (y creo que con razón) que el director se dejó la piel al mostrar sus principales obsesiones en esta gran película… pero la lectura del libro (que no es una obra maestra, pero sí excelente) revela que ya estaban en la modesta novelita cuyos derechos compró y que hace muchos años que se ha querido olvidar.

El milagro de Ana Sulllivan: la llave del mundo está en las palabras. Siento especial devoción por esta película, basada en un hecho real, acerca de los intentos de una profesora por enseñar a su alumna, una niña de doce años que es ciega, sorda y muda, que hay un modo de comunicarse con lo que para ella, más que para nadie, es el «mundo exterior». Y ese modo es el descubrimiento de algo que ella desconoce: las palabras. La tensión y la emoción que despierta ese proceso son inolvidables.

Memorables amnésicos. Siempre me han atraído las historias que giran en torno a un hombre que ha olvidado quién es: los amnésicos. Y en el artículo hago un pequeño recorrido por significativas películas que giran en torno a este tema, y desde muchos puntos de vista: del cine de suspense al melodrama pasando por la fábula alegórica. Entre ellas, una de las primeras películas de las que tengo recuerdo, y que de niño me impresionó mucho: la famosa Recuerda, de Alfred Hitchcock.

La invención de Morel o la eternidad rotativa. Esta novelita (en tamaño, no en talento) de Adolfo Bioy Casares, que inició su carrera literaria, sigue siendo una de las más fascinantes alegorías acerca de la soledad del ser humano y de la imposibilidad final de la comunicación plena con nuestros semejantes, a partir de un muy particular relato de fantasmas cuyo protagonista es un prófugo huido a una isla que él cree completamente desierta. Por cierto que la novela cuenta con dos adaptaciones, una francesa y otra italiana, a cuál más desconocida, pero que también son excelentes (en este artículo hablo de la primera; en otro posterior de la segunda, que es aún mejor).

V de VendettaV de Vendetta, de Alan Moore: anarquía contra fascismo. No sé si este magnífico cómic de Alan Moore y Dave Lloyd tiene tantos lectores como espectadores tuvo la discreta película que la adaptó al cine. Y los merece: esta triste antiutopía, que juega con ambigüedad con los conceptos de fascismo y antifascismo, de democracia y anarquía, es una de las obras que demuestra (para quien necesite convencerse de ello) que el cómic puede tener tanta densidad adulta como la más densa de las novelas o películas.

El hombre que viajaba a través del tiempo. Mi tercera entrada la dediqué a un comentario sobre uno de mis temas predilectos de la ciencia-ficción, el de la máquina del tiempo. Desde la melancólica novela de H. G. Wells que originó al mito a las varias adaptaciones que ha tenido (la mejor, en Hollywood, en 1960), efectúo uno de esos recorridos comparativos que tanto me gustan.

Las aventuras del capitán Hatteras: hacia el norte, siempre hacia el norte. Julio Verne es el novelista al que debo mi iniciación a la lectura, y esta novela, que no figura entre las más conocidas de su obra, me parece una de las más fascinantes. Es la historia de una obsesión, la del personaje protagonista, por alcanzar uno de los objetivos clásicos de la historia de la exploración, el polo norte, y a lo largo de ella Verne consigue unir de modo inolvidable los dos grandes elementos que componen sus grandes novelas: el irresistible interés por el recorrido geográfico e histórico de los escenarios que atraviesan sus héroes… y la capacidad para dotar la aventura de un componente mítico que, en ocasiones, como en esta, resulta mucho más oscuro que lo que parece presagiar el estilo tan diáfano del autor.

Bram Stoker y el Drácula que todo lo empezó. Pocas novelas como esta han tenido una descendencia tan abundante. Pero está bien volver a ella de vez en cuando: descubrir la profunda tensión que se encuentra entre la moral victoriana y ese engendro del mal que viene a cuestionar una de sus raíces, la pureza inmaculada de la mujer que solo debería ser madre y esposa. Esa tensión, en todos los órdenes, entre lo arcaico y lo moderno, entre lo visible y lo oculto, entre un bien que aburre y un mal que atrae terriblemente, es la gran clave de su inmortalidad.

Nicolás y Alejandra: la Revolución vista por los zares. Dentro del cine histórico, por desgracia muchas veces pesado y por tanto ineficaz, destaca poderosamente esta película, que tiene la originalidad de presentar el conflicto revolucionario ruso desde el punto de vista de sus los dos soberanos que perdieron primero el trono y después la vida. Sin intentar nunca la exculpación ni la inmolación, el film sabe situarse en el mejor punto de vista: el de la comprensión, embargando toda la historia de un fatalismo inexorable, y de un sentido de la observación histórica que es insólito.

Clint Eastwood, el humanista: Poder absoluto, Million Dollar Baby y Gran Torino. De ser una personalidad despreciada por la crítica (no por el público, que siempre lo adoró) a convertirse en el último «clásico». De ser el paladín de la violencia «fascista» a derivar hacia el más inesperado humanismo (a su manera, claro). Y no por casualidad sus tres mejores películas son las que mejor desarrollan esa nueva mirada suya, y sobre las que hablo en este artículo. En particular, Gran Torino es la obra maestra que culmina toda su carrera: quién iba a pensar que Harry el Sucio acabaría emocionándonos…

Acerca de Jose Miguel García de Fórmica-Corsi

Soy profesor de historia en el IES Jacaranda (Churriana, Málaga).
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4 respuestas a Dos años, doscientos artículos

  1. Renaissance dijo:

    Enhorabuena por los dos años y espero que sean unos cuantos más. Pocas veces he podido leer artículos con tanto rigor y capaces de abarcar desde los comics Marvel, hasta el cine de Miyazaki, pasando por Joseph Conrad y Robert L. Stevenson. Y gracias a él, hemos podido reencontrarnos con Graham Greene, pero también descubrir a figuras del cine menos conocidas como Stewart Granger (al menos, para mí). Si escribes el tipo de artículo que te gustaría encontrar en la red, es un proceso que funciona. Mi más sincera enhorabuena y deseos de continuar encontrando de forma regular artículos en La mano del extranjero.
    Aunque también es curioso empezar un blog hablando de Miyazaki y cumplir dos años cuando se anuncia la disolución de Studio Ghibli..

    • Muchas gracias por tus palabras, Renaissance. Entre las cosas buenas que me ha traído este blog ha sido precisamente el conocer más gente interesada por los mismos temas y algunos de ellos con blogs tan estupendos como el tuyo (y con múltiples puntos de interés comunes). Miyazaki, por supuesto, es como el tótem de este blog, y que fuera mi primer comentario, por supuesto, no fue casualidad. Ahora, esa noticia de la disolución del Studio Ghibli no la conocía. No sé si te refieres a la anunciada jubilación de su alma mater… o hay algo más. En cualquier caso, corro a buscar información.

      Muchas gracias por todo otra vez!

  2. benariasg dijo:

    Enhorabuena. Por cierto, que animado por tu entrada anterior hoy mismo acabo de comprar la novela Moonfleet, que no tenía, para poder comparar con la peli de Lang, que sí había visto alguna vez, hace ya mucho tiempo, y de la que guardo un grato recuerdo. Me parece una idea genial que compares las pelis con las novelas en las que se basan. Ánimo y que sigas muchos años más.

    • Pues te espera una excelente lectura, y si tienes lejana la visión de la película, mejor, pues así no te mediatizará tanto. A mí me ocurrió la primera vez que la leí, y como la película me gustaba tanto, el diferente tono entre ésta y el libro, y la ausencia de algunos de los elementos que tanto me habían gustado, me hicieron no ser justo con la novela. Injusticia que ahora he reparado.

      Muchas gracias por las felicitaciones, y espero que sigas pasando por aquí!

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