En Café Montaigne: Beau Geste

El inolvidable Gary Cooper, el perfecto Beau GestePublico en Café Montaigne un artículo en el que he revisado y actualizado una vieja publicación de mi blog en la que recordaba, con fascinada admiración, una de las películas de mi vida, Beau Geste (1939), dirigida por William Wellman y protagonizada por el gran Gary Cooper. La sigo revisando de vez en cuando y me digo: esta vez no me impresionará tanto. Pero lo hace. Me refiero a su genial apertura, en la que un destacamento de legionarios llega al fuerte aislado en el desierto para proceder al relevo y encuentro a todos los soldados muertos y aferrados a su fusil sobre cada una de las almenas. La respuesta a este enigma —y a algún otro que se plantea enseguida, como la desaparición del voluntario enviado a su interior o el origen del fuego que acaba devorándolo todo— dará lugar al cuerpo de la película, y puedo afirmar que está a la altura del misterio inicial. Beau Geste ha sido menospreciada mucho tiempo por pertenecer a un género calificado de «aventura imperialista», por recoger las andanzas de europeos, con frecuencias soldados, usando y abusando de la avidez blanca por dominar a las razas «inferiores». La primera sorpresa es descubrir que, en realidad, arroja una amarga mirada sobre la épica militar, construida con admirable riesgo a partir de un trío de hermanos que ha construido su vida sobre el ensueño de las hazañas bélicas: tres niños grandes (el mayor de todos es Gary Cooper: Michael Geste, llamado Beau por su nobleza químicamente puro) que descubrirán que ese supuesto paraíso en realidad es el infierno. Adaptando una novela del británico P. C. Wren, menos impresionante que el film pero también muy estimable, Beau Geste es un ejercicio de cine puro que abruma por la increíble belleza visual que se extrae de su ambientación en el desierto y por constituir un ejemplo emblemático de ese «dar más pareciendo dar menos» que forjó el mito de la síntesis narrativa del cine clásico. Y además, por Beau. Yo de pequeño quería ser Gary Cooper. Pero Gary Cooper en este Beau Geste aunque quienes conocen la película pensarán  que casi mejor habría sido preferir serlo en Solo ante el peligro o en El manantial…

Beau Geste: un entierro vikingo en el infierno

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About Jose Miguel García de Fórmica-Corsi

Soy profesor de historia en el IES Jacaranda (Churriana, Málaga).
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3 Responses to En Café Montaigne: Beau Geste

  1. Hola! Qué bien volver a leer sobre Beau Geste. Tengo mejor recuerdo de la novela que de la película. «Mejor» no por la calidad o el gusto, sino por lo que retengo en la memoria: creo que se debe a que la primera la leí en la adolescencia, y a la segunda no llegué hasta bien entrado en la adultez. De la película, me encanta la escena en que se introduce a los protagonistas en su infancia: un impresionante combate naval entre dos veleros que un cambio de plano revela como dos maquetas sobre un estanque, que los niños contemplan con alborozo desde la orilla. La fantasía aventurera de la infancia representada con un sencillo artificio. De los personajes me pareció que, tanto en una como en otra versión, Digby era algo prescindible: eterno destino, tal vez, de los hermanos del medio…

    En cuanto al contraste que indicas entre el idealismo con que parten a África los hermanos y la sórdida realidad de la vida cuartelera, recuerdo haber leído alguna vez (no tengo a mano la fuente, lástima) que una diferencia entre el relato de aventuras coloniales británico y el francés es que los héroes del primero suelen ser «gentlemen», a menudo impulsados por el deseo de aventura, mientras que los galos suelen ser gente de extracción más humilde y a los que empuja la desdicha… Me faltan ejemplos para corroborar, sobre todo del segundo caso.

    Sé que existen dos continuaciones, «Beau sabreur» y «Beau ideal»… ¿las conoces? Creo que también se tradujeron al español alguna vez. ¿Tendrán también versión en cine?

    • ¡Hola, Manuel! Encantado de leerte por aquí, como siempre. Entiendo que cada uno de los dos valore antes el primer medio en que descubrimos la historia: porque esta es fascinadora, se cuente en letras o en imágenes. En mi caso además antes de leer la novela habría visto cuatro o cinco veces la película. Sobre Digby/Robert Preston, recuerdo en cambio que tiene un papel más relevante que John/Ray Milland, pues es él el soldado que entra en el fuerte al principio y el que, por tanto, se encarga del entierro vikingo.

      Sobre la visión francesa de la Legión, yo he leído «La Atlántida», de Pierre Benoit, un gran éxito en su día y con muchas versiones en cine (en mi blog tengo un artículo sobre la novela y las adaptaciones, ya lejano), pero no se centra tanto en el ambiente legionario como en el mito aludido por el título. Sé que hay un gran clásico sobre el tema que se titula «La bandera», de Pierre MacOrlan, y su adaptación de 1936 pasa por ser un clásico del cine francés de su época. Jean Gabin es su protagonista, y tiene buena pinta, pero no le he echado nunca el ojo.

      En cuanto a las continuaciones, no, ni siquiera las he tenido nunca en las manos, pero creo que ambas están traducidas. El ciclo debió de tener mucho éxito en su día, como prueban las muchas películas que las adaptaron. «BEau Geste» tiene una primera versión muda nada menos que con Ronald Colman en el papel. Curiosamente, Gary Cooper protagonizó su continuación, «Beau Sabreur», en 1928, no sé si todavía en el mudo o ya en el sonoro, pero haciendo un papel que, a juzgar por el nombre, es secundario en «Beau Geste», el del comandante que se encuentra con el enigma en medio del desierto. En cuanto a «Beau Ideal», también tiene versión, del año 1930, y a juzgar por la lista de personajes en ella aparece el hermano superviviente, John.

      • «La bandera» la vi hace tiempo. Con bastante curiosidad por estar ambientada en la legión española, y no la francesa. Sí encajaba en el perfil del héroe que dije antes, aunque me pareció, antes que al género bélico o de aventuras, cercana al cine negro: el delincuente perseguido por su pasado, la busca de redención, ciertos ambientes de bajos fondos… Siempre me había extrañado que no fuera más conocida en España, que el franquismo no la hubiera reivindicado más por su tema; luego me olí que la censura debió de «cancelarla» por el retrato que se hacía de esos ambientes, y también porque, a causa de la época (1935), los legionarios aparecían luchando bajo las banderas de la república española…

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